En esta dura pelea por contrarrestar las noticias falsas y las «fakenews» durante la pandemia, el periodismo ha enfrentado graves problemas para publicar notas, pues las restricciones para las coberturas y, de alguna manera, el teletrabajo, se han convertido en obstáculos.
Los gobiernos ante su necesidad de informar y en la también compleja tarea de filtrar información que podría ser incómoda o le genere contratiempos mediáticos, han implementado un sistema de difusión de imágenes, textos y fotos, para que los periodistas podamos armar nuestras notas y publiquemos en las ediciones diarias. Pero con un gran inconveniente: sin opciones de contraste.
El otro lado, que en su presumible buena intención por dar información, el Gobierno de Ecuador instauró otros método llamado «ruedas de prensa virtuales» para lo cual usó sistemas de mensajería instantánea para recabar las preguntas y puedan ser expuestas durante alguna cadena nacional.
Pero claro, se presentaron problemas y es Sol Borja quien los expone en su cuenta Twitter: Quizás es hora de dejar de llamar ruedas de prensa virtuales a intervenciones en las que autoridades hablan sin ser cuestionados, de lo que quieren y no de lo que los ciudadanos necesitan saber. La mayoría de preguntas de la prensa siguen siendo ignoradas.
E hilando mucho más fino, los reportes ciudadanos se han multiplicado y su información se convierte en tendencia o muestra una realidad que muchos periodistas no alcanzamos a cubrir y, claro, se hace presente el ya famoso reclamo: «esto no lo verán en los medios».
Entonces existe otra razón para que los periodistas busquemos tácticas para hacer más periodismo y no quedarnos únicamente con la «versión oficial»:
En este tiempo complejo para hacer coberturas y armar notas informativas (no incluye la reportería), así como de limitadas fuentes válidas, y mirando como «chismes mediáticos» que se disparan y que parecen cruciales o premonitorios, el camino que podría empezar a recorrer el periodismo está en el marco de la pregunta: ¿Se puede verificar? Y aunque tome un poco de tiempo bien vale la pena intentarlo.
Como periodista aún no he aprendido el manejo de las reacciones de funcionarios cuando no responden a una pregunta directa o responden temas que no están relacionados.
También me queda adquirir la destreza para sacar partido a esos datos que bien podrían ser noticia periodística y que pululan por las redes sociales como en los sistemas de mensajería instantánea.
Considero bajo estas circunstancias que una nueva manera de conseguir notas periodísticas de utilidad y de novedad para los televidentes, radioescuchas y lectores, está en las crónicas de los resultados de la verificación de los datos oficiales y alguna que otra información de redes sociales.
Pero esto implica metodología de trabajo y muchas herramientas que se usa en la investigación científica, pero que no implica obviar la reportería o los breves informes institucionales.
Y como un argumento adicional al trabajo que nos veremos involucrados los periodistas en los siguientes meses y de seguro por el resto del ejercicio profesional:
Luis I. Gómez nos plantea otro preocupante escenario de la actividad periodística en estos tiempos de cuarentena, sobre todo lo que desde las misteriosas reuniones presidenciales parece que se planifica y que las decisiones terminan «siendo por nuestro bien». Esta es una de las alertas del artículo publicado en disidentia.com:
Ya tenemos a la sociedad perfectamente atomizada en casa y a merced, casi sin alternativa, de la omnipotencia de los medios al servicio de una llamada élite de progreso.
Para leer el artículo completo – Los medios y la cuarentena
Entonces, en medio de la crisis generada por el COVID-19, es importante resguardar la certidumbre de la información, es la temática con la que Voz de América difundió el siguiente reporte:
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Fotografía de portada en esta entrada tomada del ¿Por qué el comunicado de prensa no está muriendo?
Muchas personas juzgan a las profesiones desde su perspectiva, gustos e intereses personales o grupales.
Tomando de «Peligros en los prejuicios de las comunidades virtuales«
Un comentario en “La nueva pregunta en periodismo: ¿Se puede verificar?”