La propaganda de guerra busca al periodismo

El periodismo como una artesanía que usa a los hechos sociales como materia prima, está sujeto a una serie de catalizadores provenientes de los actores públicos y privados, que de alguna manera moldean un mismo producto para generar distintas reacciones en los consumidores de la información periodística.

Viene a propósito de un curso sobre el periodismo en medio de la propaganda de guerra, en que se plantearon escenarios de acuerdo con los requerimientos de las partes en conflicto.

En este entramado y que raya en lo conspirativo, llegué hasta la biografía de John Cecil Masterman, como uno de los artífices de una operación secreta y que en sus distintas fases uso al periodismo; también como un epílogo que generó uno de los éxitos editoriales en el periódico Sunday Express. El relato está a continuación de una secuencia de tuits.

Recojo entonces algunos de mis apuntes publicados en mi cuenta de Twitter y que iniciaron con una pregunta: ¿Cómo entender la propaganda de guerra desde el periodismo?

Entre los nombre importantes de conocer en estos temas de propaganda de guerra, está el de John Cecil Masterman, pues con base en el trabajo que realizó en la Segunda Guerra Mundial, es que puede entenderse mejor el cómo las estrategias militares informativas se apoyan en el trabajo periodístico.

El mencionado agente supervisó una operación de engaño del Servicio de Seguridad Británico (MI5) conocida como Sistema de doble cruz o XX System,

Masterman nació en Kingston upon Thamesy educado en el Real Colegio Naval, Osborne, y Dartmouth, luego en Worcester College, Oxford, donde leyó historia moderna. En 1914, con el estallido de la Primera Guerra Mundial, fue profesor de intercambio en el Universidad de Friburgo (Alemania), y como resultado pasó cuatro años internado como enemigo en el Campo de Prisioneros de Ruhleben; durante ese tiempo aprovechó la oportunidad para pulir aún más su alemán.

La información sobre el sistema de doble cruz se mantuvo en secreto después de la guerra. En 1958, Masterman comenzó a presionar al establecimiento de inteligencia británico para obtener permiso para publicar un libro al respecto. Roger Hollis, el jefe del MI5 en ese momento, se negó a autorizar la publicación, al igual que el primer ministro Alec Douglas-Home.

Sin embargo, Masterman no debía ser disuadido. Las revelaciones sobre el Anillo de espías de Cambridge en la década de 1960 dieron como resultado una baja moral en toda la comunidad de inteligencia, y Masterman sintió que la publicación de un libro sobre el sistema de doble cruce restablecería la confianza del público. Presionó su traje una vez más sobre el asunto.

John Cecil Masterman fue la mente maestra de Operación Mincemeat, que luego de inconvenientes revelaciones y como una estrategia, se uso a un medio de comunicación para divulgar los detalles de este engaño militar y que finalmente resultó ser un trabajo de relaciones públicas del gobierno britántico.

Un artículo que explica los detalles fue escrito por Milagros Soler que en uno de los párrafos asegura:

Todo quedó al descubierto cuando Winston Churchill lo comenta en una reunión con sus ministros, jactándose de la idea. Esta indiscreción fue aprovechada por Alfred Duff Cooper, que en 1950 escribiría el libro Operación Desengaño. Entonces, el Primer Ministro inglés encargó a Montagu que relatara la verdadera historia de William Martin. Esta fue publicada por entregas en el periódico Sunday Express con el título The man who never was (El hombre que nunca existió), obteniendo un eco popular sin precedentes.

Fuente: Espionaje en Huelva

Esta historia se complementa con «Una selva de espejos» escrita por Juan Forn y en dice en uno de sus párrafos:

El sospechoso se hurga largamente la nariz frente al espejo cada mañana”), hasta que fue pasado a retiro y terminó sus días en Tasmania, escribiendo libros de conspiraciones. En su necrológica, los diarios escribieron: “Ningún otro oficial de la inteligencia británica salvo Kim Philby causó más absurdos trastornos a la política inglesa”.

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Y por una causalidad, esta entrada se conecta con otra que la publiqué hace algunos meses y en la que al estudiar “Asuntos Públicos” fui a parar a temas del discurso político verosímil. Las dos caras necesarias de conocer para escribir notas periodísticas. Con esta perspectiva estoy revisando materias desde la perspectiva de la comunicación social y, en especial, su relación con el periodismo. En el camino se abrieron muchas puertas y tuve una primera lección, luego llegaron otras:

Lectura sugerida: Periodismo de guerra: ¿es ético manipular información en pos de la defensa de un país?

Un aporte extra para ampliar el conocimiento de cómo la propaganda de guerra coapta a a la comunicación social y en especial al periodismo, require seguir el hilo:

Foto de portada – soyaranguibel.com

La mentira de la propaganda como herramienta exclusiva de los nazis

Otros aportes sobre periodismo:

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