Es mi epitafio

Al amanecer del primer día del 2018 reflexioné sobre mi existencia presente, lo que podía recordar de mi historia, supe que era necesario escribir mi epitafio y no únicamente para mi tumba, para entrenarme en mi camino hacia ella.

Todo ese año revisé mi entorno y mi forma de actuar ante él, encontré muchos puntos de anclaje emocional y caminé largas y complejas jornadas. Y llegó el 2019 y fue cuando decidí que esa sería mi frase de vida, la fije en mi cuenta de Twitter y seguí…

Llegó el 2020 y los resultados fueron visibles, ye recordé una frase militar: «entrenamiento fácil guerra difícil; entrenamiento difícil guerra fácil«. Llegó la gran cuarentena y epitafio se consolidó con lo que debí enfrentar en lo personal, familiar y laboral.

Y el resto de la vida en el 2021 fue ir y venir de bemoles, hasta que llega este momento en que empiezo a repensar el 2022 y mi epitafio sigue vigente:

Que no me falte ni la fuerza ni el coraje, que no me regrese la paciencia pero que la cordura sea mi compañera eterna.

razmo63

Como antecedente: en el año 2 de la era pandémica, en mi otro blog, publiqué un nuevo plan de vida: «Terminada la cuarentena saqué una barca que muestra el equilibrio de la navegación, es una artesanía que me la obsequiaron hace más de 10 años. Hice un vídeo y lo subí a mi cuenta Twitter, adquirió un significado superior.» La titulé La artesanía que me inspiro llegar hasta Hades

En los siguientes enlaces pongo a su consideración, amable lector, otras de mis historias personales producto de mi caminar:

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