¿Queremos paz? ¿Estamos preparados?

Indiscutible que en Ecuador vivimos tormentosos días por el impacto de anomalías en cada uno de los organismos estatales y sociales. El espectro va desde la violencia criminal hasta la profanación política.

Propio de estas fiestas navideñas es la repetición de los deseos de paz que unos dedican o otros sin importar su estatus legal frente a la justicia y la moral pública. Pero también pedimos esa «paz» ante el significado de robos, asaltos, crímenes, escándalos políticos, intranquilidad financiera y ataques en redes sociales virtuales.

¿Sabemos qué es paz o repetimos la palabra de manera automática? Porque básicamente sería que cada una de las personas que son parte de los organismos estatales y sociales tengan una relación de armonía, sin enfrentamientos ni conflictos.

¿O la confundimos con tranquilidad? Considerado como aquel estado en que las personas logran cumplir sus actividades y solucionar los problemas de una manera serena en un ambiente apacible.

Sin entrar en argumentaciones filosóficas o legales lo uno deviene de lo otro, entonces: ¿Acaso las solas intenciones son suficientes para alcanzar la paz y la tranquilidad?

Para este caso tenemos tres componentes en este conflicto: 1. los políticos que fungen de funcionarios; 2. los delincuentes y criminales; 3. las organizaciones sociales y gremiales. ¿Sus representantes buscan la paz para dar la tranquilidad? Y con esta pregunta pareciera que estoy pensando en gobernabilidad y gobernanza, pero no… no se trata de eso, se trata de acuerdos para evitar conflictos.

¿Será razonable que miembros de los tres grupos se reúnan públicamente para negociar la paz social? ¿Será que los ciudadanos aceptaremos esas negociaciones y los acuerdos a los que lleguen? ¿Será que los ciudadanos individualmente dejamos las confrontaciones unos entre otros?

Nótese que en el párrafo anterior incluí la expresión «paz social» y al revisar un poco más al detalle me encuentro que la paz es multidimensional. «Una epistemología de la paz exige precisar cuándo nos referimos a la paz negativa, a la paz positiva, a la paz diferencial y a la cultura de la paz como pivote de la reconciliación.» (Horacio Duque)

Entonces si no sabemos qué tipo de paz queremos significa que tampoco estamos preparados para alcanzarla. Además que…

La solución de problemas siempre se presentan como una secuencia de dilemas, unos más fáciles de resolver que otros, algunos los dejamos al azar y al paso del tiempo. Pero sea cual sea el mecanismo que usemos, existe una condición que marca las decisiones: quiero tranquilidad.

Gracias amable lector por su tiempo para visitar mi blog y espera que estas pocas palabras le sean de utilidad me permito poner a su consideración otras entradas relacionadas con el arte y oficio del periodismo.

@Zavala_Ra

Deja un comentario