Nuevas relaciones entre libros y lectores

He revisado una interesante discusión sobre el tema libros y lectura nacida de un artículo, creo que es un asunto público. Pensé únicamente «revisarlo «pasar un ojo, hacer mis comentarios y que se quedé para mi consumo interno. Pero no… es un asunto que merece un ampliación, así que aquí empiezo.

Una cosa son los libros y otras las necesidades de lectura. Leer bastante no es esnobismo, leer poco no es ignorancia. El análisis no es, de ninguna manera, lineal, es complejo desde el dato y el relato (jamás sueltos).

En este asunto hay que tener claro: leer está asociado a la libertad de hacerlo o no, que depende de los gustos de cada persona. Pero también existe la opción de la obligación que tiene cierto grupo de ciudadanos para leer: los que toman decisiones políticas y empresariales.

Una de las tantas acepciones de leer: Leer es decodificar el mensaje expresado con cualquier metodología y que nos quiere transmitir el autor. A esta necesaria simple explicación hay que rodearla de lo que se conoce como los obstáculos socio-culturales; es decir, las distintas variantes de nuestros prejuicios ciudadanos. Para no distraerme sigo con el tema central.

Existen distintas formas de leer textos, vídeos, audios, multimedia.
Existen distintos tipos de lectura.
Existen distintos gustos por la lectura.
Existimos personas que juzgamos a los que no leen.
Existimos personas que no nos gusta leer.
Existimos personas que leemos poco.

Los tipos: lectura literal, lectura inferencial y lectura crítica, que no depende exclusivamente del nivel académico ni del estrato socio-económico. También existen aquellas a la que se las denomina silenciosa, reflexiva, rápida, oral y de escaneo. ¿A qué tipo de lector juzgamos?

Parte de este intrincado mundo, lo había mencionado, es el grupo de los que están obligados a leer, a tener distintos tipos de lectura, a saber con claridad meridiana lo que están leyendo, compuesto por los funcionarios y los altos directivos empresariales.

La lectura por sí mismo no es un fin, es una herramienta de comunicación, aquí me plateo dos dudas:
¿La personas que no leen saben informar?
Las personas que no leen saben comunicar?

Lectura en la gestión empresarial. Uno de los grandes ejemplos sobre este tema me vino de un caso lo que hizo Jeff Bezos en Amazon para curar la patología «reunionitis» y justamente para contrarrestar la incomunicación en la toma de decisiones. Leer AQUÍ

Otra de mis fuentes de aprender leer es el siempre Twitter (que no es un libro), aquí aprendí a leer sarcasmos, burlas, insultos, indirectas, memes, GIFs y otras formas de expresión. (Este tuit merece una entrada independiente)

Voy por el otro grupo, el de los funcionarios, que están en la obligación de leer hasta el punto de incluir los odiados «mucho texto» y desde distintos puntos de vista del mundo de la gestión pública.

El reciente caso de la trascendencia de saber leer es el del exministro de Energía Fernando Santos Alvite, cuando reconoció que no leyó las cláusulas del contrato de compra de energía a Colombia. Para leer el caso AQUÍ.

Creo que en la función pública es un error garrafal el asegurar que «ya nadie lee… no escriba tanto…» y resulta que los informes se preparan con una simpleza absoluta, además porque cuando se requiere una explicación llega la frase: «no pude leer, haga un resumen rápido…»

Las críticas sobre libros y lecturas no deberían caer ni sobre el autor del artículo ni sobre el común de los mortales, debió apuntarse a los otros mortales: asambleístas, ministros, hasta los jueces y el mismísimo Presidente de la República.

Me toca hacer un alto y regresar a los tipos de lectura. a la que hacen pitonisas, de quienes están inmersos en el mundo de la astrología y la adivinación. ¿Merecen ser juzgados? En este tipo de lecturas tengo registrado un caso de una entrevista periodística sobre la adivinación que la puede leer AQUÍ.

El mundo de los lectores es tan grande como la cantidad de personas que existimos sobre el planeta Tierra y los humanos que ahora están en el espacio exterior.

Pero como casi todo tiene sus excepciones, si considero que hay un grupos de humanos que merecemos ser juzgados: los que no sabemos leer señales de tránsito.

Y antes de seguir con los funcionarios. ¿Imaginan a grandes músicos que no les gusta la lectura relacionada con su trabajo? Por ejemplo Kurt Cobain, Jimmy Hendrix, Michael Jackson y otros tantos más. No he leído ataques a ellos por esta «deficiencia lectora»

Voy a poner en el TOP TEN de funcionarios que deben demostrar a diario que parte de su trabajo es leer al detalle, que además deben obligadamente acceder otras lecturas concomitantes y coyunturales: los asambleístas.

Un asambleísta que no es lector no es investigador.
Un asambleísta que no es investigador no legisla.
Un asambleísta que no legisla es una amenaza ciudadana.

No voy a dejar de lado la autocrítica a quienes somos periodistas de profesión o que están en el ejercicio de la profesión sin titulo. Quienes estamos en el mundo de la comunicación social estamos en la obligación de ser lectores incansables y cuando no lo hacemos es notorio.

Finalmente. La relación libros – lectura no es directamente proporcional, quien así lo asegure es una simple apreciación desde su cosmovisión personal y sus pre-juicios.

Perspectiva sobre el conocimiento

Cuando al semiólogo y escritor Umberto Eco le preguntaron en los años ochenta qué significaba para él la palabra «intelectual», el italiano respondió con su habitual lucidez: «Para mí, un intelectual es alguien que produce nuevos conocimientos haciendo uso de su creatividad. Un campesino, cuando comprende que un nuevo tipo de injerto puede producir una nueva clase de manzanas, está desarrollando una actividad intelectual; un catedrático que se pasa la vida repitiendo una misma clase sobre Heidegger, en cambio, no tiene por qué ser un intelectual». (Fuente: Mentes borrascosas: ¿Intelectual o fraude?)

Artículo que Felipe Rodríguez que generó polémica y reacciones en Twitter (X): «Creo firmemente que seríamos un mejor país si todos leyésemos al menos dos libros de literatura por semana…» seguir leyendo.

Foto de portada: jw.org

Gracias amable lector por su tiempo para visitar mi blog y a la espera que estas pocas palabras le sean de utilidad, me permito poner a su consideración otras entradas, así mismo, que podrían ser una breve luz en el camino que recorre:

@Zavala_Ra

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